¿Es Aguirre? o más bien no hay nadie...

Pues sí, como a todos, hoy se me ocurrió ponerme a pensar en todo lo que me han dicho las personas con las que platiqué sobre el asunto del pésimo papel de Ericsson y la posibilidad de que Javier Aguirre regrese a la selección. ¿Me gustaría? Sí. ¿Es lo mejor? No. Ni siquiera se trata de la selección o del país o de los aficionados. Se trata de que algunas veces las personas no sabemos en dónde poner nuestras esperanzas y dejamos pasar el tiempo antes de elegir dónde ponerlas. Entonces buscamos dónde ponerlas, pero lo que encontramos no nos satisface. Como no hay más, las alimentamos, las inflamos y las depositamos en lo menos peor. Luego viene el golpe, la posible recuperación y de nuevo, todo vuelve a empezar. ¿Es justo esto para la afición? No. Y qué culpa tiene Aguirre, que entre otras cosas puso las esperanzas en sí mismo y triunfó. ¿Por qué regresarlo al infierno de la presión que ejercemos quienes no tenemos donde poner nuestras esperanzas?
Ojalá regrese, pero ojalá no. Por él.